viernes, 7 de febrero de 2014

VIAJE A FINLANDIA (2)

Cual Indiana Jones en busca del Arca Perdida, nos embarcamos en los coches de nuestros anfitriones en busca del Santo Grial Finlandes de la Educación. Llegamos al colegio y nos bajamos de nuestro coche, ya entiendo que Finlandia tenga campeones del mundo de rally, comenzamos la búsqueda sorteando a intrépidos niños que llegan solos al colegio. Los ves en grupos pequeños o solitarios, caminando como autómatas y engullidos por la puerta de entrada al edificio. Dentro espera un hogar confortable. La temperatura es ideal, rápidamente se despojan de su armadura de goretex: chaquetas, pantalones, guantes, botas y gorros quedan depositados en los bancos y perchas que se encuentran a la entrada del colegio. Sorprendidos miramos incrédulos, niños y niñas de distintas edades se preparan para comenzar su jornada escolar. Todo transcurre con normalidad y según van acabando se retiran del bosque multicolor de chaquetas, gorros y bufandas que han formado. Estratégicamente se van colocando cerca de las distintas puertas que hay alrededor del amplio hall. Todo aparentemente responde a un orden preestablecido, el orden dentro de este desorden es palpable y los alumnos parecen piezas de ajedrez que se desplazan por un tablero. Nos fijamos que la mayoría de alumnos han cambiado sus pesadas botas de nieve por sandalias o van en calcetines, el suelo radiante y la limpieza hace que estén como en casa. De repente, como a una señal invisible, comienzan a desalojar el hall sin prisa pero sin pausa y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos solos. En lugar de los niños aparecen dos limpiadoras que rápidamente pasan una mopa para secar el agua que la nieva deja cuando se deshace. Despertamos, miramos, fotografiamos, indagamos,.... pero el Santo Grial no aparece. Nos dan la bienvenida, amables, sonrientes,... distantes. Nos llevan de un lado para otro. Pasamos por delante de puertas de donde salen tímidos "holas" a los que respondemos, rompiendo el silencio Finlandés. A Finlandia se le conoce como el país del silencio, ahora lo entiendo. Entramos a una clase y observamos. Los niños están sentados en parejas, la profesora explica. Tienen una pizarra digital donde después irán saliendo niños por parejas a hacer un ejercicio mientras los demás hacen tarea. La profesora se pasea entre las mesas atendiendo las dudas que aparezcan. El niño que termina con sus deberes se levanta y comprueba en un libro situado en una mesa aparte si sus respuestas son correctas. Todo esto transcurre en silencio y orden. Buscamos y seguimos sin encontrar el Santo Grial. Son las 11 y bajamos por unas escaleras, llegamos a un comedor y, sorprendentemente, nos disponemos para comer. Llegan niños que rápidamente se sitúan detrás. Cogen su bandeja y se sirven ellos mismos su comida. Estamos en un colegio de primaria. Se sientan. Los profesores les acompañan pero no intervienen para nada. Están al lado, pero es como la leona que mira impasible a sus cachorros mientras devoran la presa que ha cazado para ellos. Al terminar se levantan y depositan su bandeja, los platos y cubiertos en el lugar correspondiente. Miramos y buscamos el Santo Grial. Solos,  desaparecen de nuestra vista subiendo las escaleras y no hay ruidos, tampoco los hubo durante la comida.  Salimos a visitar otro módulo y nos cruzamos con  un niño que, como un fantasma, se dirige cargado con su mochila por el camino nevado que va hacía el  colegio. Parece invisible nadie le ve. Seguimos avanzando, miro hacia atrás y veo como se aleja arrastrando sus pesadas botas. Aprovecho  e intento localizar el Santo Grial. No da pistas, no se deja ver. Pasamos a otra clase. Los alumnos están divididos en distintos grupos. Cada grupo una actividad. Terminan su tarea y esperan. Se sientan encima de la mesa, encienden su móvil, hablan pero no se les oyen. A una señal rotan y cambian de actividad. Vuelven a concentrarse en su tarea. Nos mezclamos entre ellos y sigue nuestra búsqueda, nuestro ánimo se resiente, no sabemos si podremos concluir nuestra misión. Concluye el día y llega el otoño al bosque multicolor. Sin escándalo, empujones, disputas,... se vuelven a enfundar la armadura de goretex y salen, desaparecen. Me asomo a la puerta, los niños se alejan lentamente, nadie les espera. Desesperadamente lo vuelvo a intentar, sin éxito. En este viaje no he encontrado lo que venía buscando, o tal vez sí. Suerte compañeros para el próximo viaje espero que vosotros si  lo encontréis.


 Comedor. La educación es gratuita y pública en Finlandia. Su Constitución lo recoge, igual que la nuestra, pero ellos lo cumplen, "igual que nosostros".
 Alumnos trabajando en clase. Se respira tensión y mal rollo.
 No coment
 Buscando infructuosamente.
 Sala de profesores
 Grupo de alumnos de secundaria preparando una coreografía. Una alumna dirige la sesión. Están solos en un pabellón, sin supervisión de profesor. Todos participan y escuchan las indicaciones de la compañera. Aquí tampoco encontramos nada.
 Dispuestos para una reunión de trabajo.
Preparando comida típica finlandesa.

1 comentario:

  1. Caray !! Has hecho que me pege a la pantalla del ordenador, leyendo cual novela de misterio e investigación. Al igual que la otra publicación, me ha encantado como detallas todo, tal pareciera que estuviera alli. Gracias por compartir.

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