Cual Indiana Jones en busca del Arca Perdida, nos embarcamos
en los coches de nuestros anfitriones en busca del Santo Grial Finlandes de la
Educación. Llegamos al colegio y nos bajamos de nuestro coche, ya entiendo que
Finlandia tenga campeones del mundo de rally, comenzamos la búsqueda sorteando
a intrépidos niños que llegan solos
al colegio. Los ves en grupos pequeños o solitarios, caminando como autómatas y
engullidos por la puerta de entrada al edificio. Dentro espera un hogar
confortable. La temperatura es ideal, rápidamente se despojan de su armadura de
goretex: chaquetas, pantalones, guantes, botas y gorros quedan depositados en
los bancos y perchas que se encuentran a la entrada del colegio. Sorprendidos
miramos incrédulos, niños y niñas de distintas edades se preparan para comenzar
su jornada escolar. Todo transcurre con normalidad y según van acabando se retiran
del bosque multicolor de chaquetas, gorros y bufandas que han formado.
Estratégicamente se van colocando cerca de las distintas puertas que hay
alrededor del amplio hall. Todo aparentemente responde a un orden
preestablecido, el orden dentro de este desorden es palpable y los alumnos
parecen piezas de ajedrez que se desplazan por un tablero. Nos fijamos que la
mayoría de alumnos han cambiado sus pesadas botas de nieve por sandalias o van
en calcetines, el suelo radiante y la limpieza hace que estén como en casa. De
repente, como a una señal invisible, comienzan a desalojar el hall sin prisa
pero sin pausa y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos solos. En lugar
de los niños aparecen dos limpiadoras que rápidamente pasan una mopa para secar
el agua que la nieva deja cuando se deshace. Despertamos, miramos,
fotografiamos, indagamos,.... pero el Santo Grial no aparece. Nos dan la
bienvenida, amables, sonrientes,... distantes. Nos llevan de un lado para otro.
Pasamos por delante de puertas de donde salen tímidos "holas" a los
que respondemos, rompiendo el silencio Finlandés. A Finlandia se le conoce como
el país del silencio, ahora lo entiendo. Entramos a una clase y observamos. Los
niños están sentados en parejas, la profesora explica. Tienen una pizarra
digital donde después irán saliendo niños por parejas a hacer un ejercicio
mientras los demás hacen tarea. La profesora se pasea entre las mesas
atendiendo las dudas que aparezcan. El niño que termina con sus deberes se
levanta y comprueba en un libro situado en una mesa aparte si sus respuestas
son correctas. Todo esto transcurre en silencio y orden. Buscamos y seguimos
sin encontrar el Santo Grial. Son las 11 y bajamos por unas escaleras, llegamos
a un comedor y, sorprendentemente, nos disponemos para comer. Llegan niños que
rápidamente se sitúan detrás. Cogen su bandeja y se sirven ellos mismos su
comida. Estamos en un colegio de primaria. Se sientan. Los profesores les
acompañan pero no intervienen para nada. Están al lado, pero es como la leona
que mira impasible a sus cachorros mientras devoran la presa que ha cazado para
ellos. Al terminar se levantan y depositan su bandeja, los platos y cubiertos
en el lugar correspondiente. Miramos y buscamos el Santo Grial. Solos, desaparecen de nuestra vista subiendo las
escaleras y no hay ruidos, tampoco los hubo durante la comida. Salimos a visitar otro módulo y nos cruzamos
con un niño que, como un fantasma, se
dirige cargado con su mochila por el camino nevado que va hacía el colegio. Parece invisible nadie le ve.
Seguimos avanzando, miro hacia atrás y veo como se aleja arrastrando sus pesadas
botas. Aprovecho e intento localizar el
Santo Grial. No da pistas, no se deja ver. Pasamos a otra clase. Los alumnos
están divididos en distintos grupos. Cada grupo una actividad. Terminan su
tarea y esperan. Se sientan encima de la mesa, encienden su móvil, hablan pero
no se les oyen. A una señal rotan y cambian de actividad. Vuelven a
concentrarse en su tarea. Nos mezclamos entre ellos y sigue nuestra búsqueda,
nuestro ánimo se resiente, no sabemos si podremos concluir nuestra misión.
Concluye el día y llega el otoño al bosque multicolor. Sin escándalo,
empujones, disputas,... se vuelven a enfundar la armadura de goretex y salen,
desaparecen. Me asomo a la puerta, los niños se alejan lentamente, nadie les
espera. Desesperadamente lo vuelvo a intentar, sin éxito. En este viaje no he encontrado
lo que venía buscando, o tal vez sí. Suerte compañeros para el próximo viaje
espero que vosotros si lo encontréis.
Comedor. La educación es gratuita y pública en Finlandia. Su Constitución lo recoge, igual que la nuestra, pero ellos lo cumplen, "igual que nosostros".
Alumnos trabajando en clase. Se respira tensión y mal rollo.
No coment
Buscando infructuosamente.
Sala de profesores
Grupo de alumnos de secundaria preparando una coreografía. Una alumna dirige la sesión. Están solos en un pabellón, sin supervisión de profesor. Todos participan y escuchan las indicaciones de la compañera. Aquí tampoco encontramos nada.
Dispuestos para una reunión de trabajo.
Preparando comida típica finlandesa.
Caray !! Has hecho que me pege a la pantalla del ordenador, leyendo cual novela de misterio e investigación. Al igual que la otra publicación, me ha encantado como detallas todo, tal pareciera que estuviera alli. Gracias por compartir.
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